domingo, 15 de julio de 2012

CAPÍTULO 27 Mags

El presidente acaba su discurso de bienvenida con una espeluznante sonrisa que provoca que se me erice el bello de la nuca. Justo después, suena el himno que da por finalizado todo este circo y con la ayuda del avox que me acompaña a todos lados << ¡maldita sea la hora en la que decidí hacerme la vieja enferma que todos creen que soy! >>, nos dirigimos al Centro de Entrenamiento. Veo saltar a Finn de su carroza y girarse para ayudar a hacer lo mismo a Nina, pero esta, rehusa su mano y salta grácilmente junto a él. Tigris se nos adelanta y felicita a los chicos con un susurro ronroneante, al tiempo que un hombre extremadamente alto y delgado con el pelo verde peinado en puntas de diferentes longitudes, se acerca y los felicita con entusiasmo.

- ¡Mags! - grita Finnick al verme llegar, provocando que muchos ojos se vuelvan hacia nosotros. - ¿Qué tal hemos estado?

- Magníficos, no tenéis de que preocuparos. - le digo. - Está todo controlado. - digo mirando a Nina.

Ella asiente despacio y sonríe nerviosamente cuando aquel hombre de altura imposible le pasa el brazo por los hombros. Niwl nos indica que ya es la hora de ir a nuestra planta del Centro de Entrenamiento y todos nos ponemos en marcha hacia los ascensores. Subimos hasta la cuarta planta y Niwl rápidamente enseña a los chicos sus habitaciones y el resto del lugar. Yo me voy directa a mí cuarto y me siento en la enorme cama que tantas veces me ha acogido entre sus suaves sábanas y acaricio la fina superficie con los ojos cerrados rememorando viejos recuerdos que ya creía olvidados. Unos rítmicos golpeteos en la puerta me despiertan de un sueño al que no recuerdo haber llegado. Me levanto lentamente de la cama, que ahora esta toda arrugada y me dirijo a abrir la puerta. Una avox de aspecto joven me indica que la cena está servida, asiento sonriente con la cabeza y le doy las gracias antes de marcharme.

 Al doblar la esquina para entrar al comedor, veo a Tigris y al gigante verde discutiendo sobre quién debe sentarse junto a Finnick. Paso por su lado y sin pensármelo dos veces, me siento en el lugar disputado. Ambos me dedican miradas asesinas y yo les sonrío con picardía, lo que provoca que ella me suelte un bufido que hace que sus bigotes bailoteen. Hecho una rápida mirada por la mesa que, como de costumbre, está llena de deliciosos manjares. Finalmente me decanto por un plato de pasta a la puttanesca que tiene una pinta excelente. Le doy un codazo a Finn para que empiece a comer y después de una larga mirada a toda la mesa se pone a ello con ganas. Miro a Nina y la insto que haga la mismo, pero a pesar de que ella parece tener tanta hambre como él, se contiene y come con más mesura.

- Deja eso y come algo con más proteínas. - le digo a Finn. - En la arena necesitaréis estar todo lo fuertes y sanos que podáis.

- Deja que el chico coma lo que quiera Mags, aun queda mucho tiempo para que empiecen los juegos. - me suelta el tipo del pelo verde.

Me giro para encararlo y él me sonríe con suficiencia al tiempo que se lleva el tenedor a la boca, con el meñique alzado y gran delicadeza.

- Perdona, creo que no nos han presentado. ¿Tú nombre es? - le digo sin un ápice de delicadeza en la voz.

- Lǜ, mi nombre es Lǜ. Creo que ya nos conocíamos de antes, pero es normal que a tu edad no lo recuerdes. - dice uniéndose a las risas de Tigris y Niwl.

No he visto a este tío en mi vida, con esas pintas lo recordaría, estoy segura. Noto que Finnick se tensa y está a punto de saltar, pero le pongo una mano sobre el brazo y sonrío ampliamente.

- Tu trabajo, consiste en que ellos - digo señalando a los chicos. - estén presentables. El mio, en que logren salir con vida de la arena y puedan regresar a sus casas. Así que limítate a hacer tu trabajo y no me digas como hacer el mio. - cuando acabo de hablar, lo imito llevandome el tenedor a la boca, pero al contrario que él, sin tanta pomposidad.

Cuando termina la cena, nos reunimos todos frente al televisor para ver la repetición de esta noche. Pero como siempre es más de lo mismo, me marcho arrastrando a los chicos conmigo. Lǜ está a punto de replicarme, pero lo acallo con una mirada. Los acompaño a sus respectivas habitaciones y me marcho a la mía. Al entrar me acerco al gran ventanal y después de un largo y silencioso vistazo a las coloridas luces del Capitolio, oscurezco los cristales y me acerco lentamente hasta la cama.

Me levanto con las primeras luces del alba, aunque llevo más de media noche despierta. Una extraña y horrible pesadilla me atacó sin piedad, privándome de mi descanso y dejándome aterrorizada en la cama por el resto de la noche. Cuando salgo al pasillo, inmediatamente aparece la chica avox de anoche. Me ayuda a ir hasta el salón y sentarme en un cómodo sillón color coral, para acto seguido traerme un té con limón. Lo deja sobre la mesita que tengo justo delante y se aparta, aunque no se marcha muy lejos, pues cuando adelanto el cuerpo en el sillón para alcanzar la hermosa taza de porcelana con mis aun temblorosas manos, reaparece para ayudarme de nuevo. Pasado un rato, ya más calmada, me levanto para ir a despertar a los muchachos, pronto tienen su primer entrenamiento y no me gustaría que llegaran tarde.


Después de un buen desayuno y algún que otro consejo rápido, bajo con ellos en el ascensor. Me despido en mi planta y los dejo seguir solos.

Caminar por estos pasillos después de tanto tiempo me resulta de lo más extraño. Unos gritos me sobresaltan cuando estoy a medio camino de mi destino, me giro para comprobar de donde proceden y veo a Haymitch siendo arrastrado de malas formas por un agente de la paz y un chico avox muy menudo. Me acerco a ellos y les pido que me dejen a solas con él.

- ¿Está de broma señora? - me pregunta el agente con cara de bobo. - Este tío está borracho como una cuba, usted sola no podrá con él.

- No te preocupes por mí. Pero la próxima vez habla con más respeto, este hombre es un ganador de Los Juegos del Hambre y merece ser tratado como tal. - le espeto en tono cortante.

- Tiene razón, le pido disculpas. - me dice, ahora avergonzado.

Asiento con la cabeza y le digo al avox que me ayude a llevarlo a la sala de mentores. Una vez dentro, lo tumbamos como podemos en uno de los sofás que hay esparcidos por la sala. Miro a mi alrededor y todos nos miran, esto hace que me irrite y les eche una mirada capaz de matar a cualquiera que ose decir palabra. Aun mirándolos me dirijo a una de las mesas que contienen todo tipo de comida y bebidas, agarro una gran jarra de agua fría y se la arrojo por encima a Haymitch, provocando que se despierte dando grandes bocanadas en busca de aire. Me recuerda a un pez cuando está fuera del agua. Una vez que ya es consciente de lo que pasa mira a su alrededor buscando al culpable y me pongo en su campo de visión. Después de unos cuantos minutos mirándome con el ceño fruncido, cae en la cuenta de que yo soy la culpable. Frunce aun más el ceño.

- ¿Estás loca? - me grita.

- No más que tú. - le digo sentándome frente a él.

- ¿Porqué demonios has hecho tal cosa? - me pregunta con un gruñido gutural.

- Necesitas estar fresco para poder ayudar a tus tributos. - le digo.

Pasamos el resto del día discutiendo, sobre su comportamiento vergonzoso y finalmente parece que lo he convencido, que lo que le llevo diciendo todo el día hace mella en él. Pero al cabo de un rato lo veo servirse una copa y me doy por vencida. Espero que algún día tenga unos tributos lo bastante fuertes como para que se mantenga más o menos sobrio para ayudarlos. Al final del día, Enobaria se me acerca para hablar de posibles alianzas con los del dos.

- Piénsalo, necesitan unirse para quitarse del medio a los débiles. Eso hará que los juegos sean más interesantes para el público.

- Tengo que hablar con mis chicos, aun no tengo un plan definido. - le digo sin poder apartar la vista de sus dientes.

- Sabes que lo terminarás haciendo, solo es cuestión de tiempo. - me dice con una sonrisa que deja sus puntiagudos dientes al aire.

Me despido de ella y me dirijo a la puerta para ir a los ascensores. Cuando llego a mi planta me voy derecha a mi habitación y me doy un baño. Al salir, me encuentro con Finnick sentado en mi cama.

- ¿Que haces aquí? - le pregunto extrañada.

- Necesitaba hablar a solas contigo. - me dice.

- Entonces, adelante. Te escucho. - le digo sentándome a su lado.

- Los del uno y los del dos nos han propuesto unirnos a ellos. - dice en un susurro. - Yo les dije que primero quería hablar contigo, pero Nina aceptó de inmediato.

- No te preocupes, mañana en cuanto los veas, acepta el pacto. - le digo.

- ¿Estás segura? - pregunta con el ceño fruncido.

- Completamente. Eso os dará más tiempo y posibilidades. - le digo. - Y créeme, que necesitas todas esas cosas a tú favor si quieres volver.

- Supongo. - dice.

- Nada de supongo. Tienes que volver, hice una promesa que no me puedo permitir romper. - le digo en tono severo.

Asiente despacio. Puedo ver la tristeza en sus ojos y eso me parte el corazón. Me acerco más a él y lo estrecho torpemente entre mis brazos. Nos quedamos así, hasta que unos golpes en la puerta nos sobresaltan y nos obligan a apartarnos. Me levanto despacio y abro la puerta. Nina está al otro lado.

- ¿Podemos hablar? - pregunta.

- Por supuesto, pasa. - le digo abriendo más la puerta.

Entra despacio, pero bastante decidida, hasta que ve a Finnick sentado en la cama. Entonces se gira para encarame y levanta las cejas.

- Si estás ocupada, puedo volver en otro momento. -  me dice.

- Si lo que tienes que decir es algo referente a una alianza, puedes hacerlo delante de él. - le digo despreocupada.

Ella se gira y fulmina a Finnick con la mirada, antes de volverse de nuevo hacia mí.

- No te preocupes, no pasa nada. Me alegra que tomaras la iniciativa, eso dice mucho de ti. - le digo.

- Entonces, ¿hice lo correcto? - pregunta.

Asiento y veo aparecer el alivio en su rostro. Un nuevo golpeteo en la puerta nos saca de nuestra conversación. Abro y la joven avox me indica que la cena está servida. Le doy las gracias y me giro hacia los chicos, les hago un gesto y juntos salimos al pasillo. Al llegar al comedor, todos nos esperan. Nos sentamos en los sitios vacíos y empezamos a cenar con una charla insulsa que no parece interesar a nadie. Al acabar el postre me levanto despacio, pues la maldita rodilla vuelve a hacer de las suyas, me despidos de todos y acompaño a los chicos a sus habitaciones. Cuando entro a la mía, me acerco a la cama y en lo único que soy capaz de pensar es en tener una noche sin pesadillas. Me tumbo despacio, intentando no apoyar demasiado la rodilla y me acomodo. Me siento tan agotada que poco tardan mis pesados párpados en caer en la negrura.

Un leve zarandeo me obliga a abrir los ojos, la luz procedente de las ventanas me hiere y me hago sombra con la mano. Cuando consigo enfocar la mirada, veo a la chica avox. Me alzo sobre los codos mirando a mi alrededor y miro la hora. Me he dormido.

- ¿Los chicos se han marchado ya? - le pregunto.

La muchacha asiente y me ayuda a levantarme de la cama. Me doy una ducha rápida y salgo disparada hacia los ascensores. Bajo hasta la planta baja, pero en lugar de dirigirme hacia la sala de mentores, me dirijo a la calle. Antes de salir miro a mi alrededor con disimulo y me meto en las calles como una más, sin llamar la atención. Giro por una calle y me dirijo al callejón que hay detrás de una tienda de llamativas pelucas de colores. Camino en silencio hasta una pared de ladrillos, saco uno de ellos y meto la mano hasta el fondo con cuidado, noto algo al final del hueco y lo agarro. Cuando la vuelvo a sacar, abro la mano y encuentro un papel arrugado. Miro hacia ambos lados antes de abrirlo y leo lo que pone.

                   calle rosa, pastel azul, 15


[N. de Drewinthesky] Lǜ, significa "verde" en chino (escrito en fonética). Se pronuncia más o menos "LUÍ"

7 comentarios:

  1. Em, una cosa, que yo no me entero, por qué coge ese papel? le ha dicho alguien que lo coja y soy muy despistada?o lo haces para dejarnos en la intriga. es que soy muy olvidadiza xD
    AAy pero qué majete es mi finnick, y de la nina esa no me fío demasiado, pero bueno ¬¬

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  2. Lo del papel se sabrá más adelante, entonces todo se entenderá. Intriga power. e.e

    Finnick es mega adorable y Nina, bueno... ¡ya lo averiguaremos!

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    1. Aaaah vale... Es que no recordaba ninguna mencion, y no sabia si es que soy una cabeza de chorlito o que nos querias dejar con la intriga

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  3. Aaaaaaay, cuchifritina meva, marchu, marchu, pero regreso junto a usted en breves. Oh, Finn... mi querido amigo Finn... jojojojo

    :**************** timu molt! :3

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    1. Eso espero, aunque te perderás una cosa muy \(*o*)/

      Finn, El humano.

      ¡T'estimo cuchi!

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  4. ¡He vuelto! ¡Ay, tata, no veas lo que te e echado de menos!
    ¡Me encanta, me encanta, me encanta! Pero I feel like Shoppo, no he entendido lo del papel, ¡el siguiente pronto que me e qedado con la cosilla!
    Ya te aceptado en Facebook, es acojonante saber que acerte cuando te desscribi como rubia y de ojos verdes, hasta a mi me da miedo.
    Muxus !!

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    1. ¡Bienvenida cuchi! por aquí también se te echaba de menos.

      Gracias, gracias, gracias. Me alegra que te encante.
      Como ya le he dicho a Shoppo, se que no se entiende mucho, pero pronto se sabrá.

      Eso quiere decir que ya has cotilleado mi facebook eh! e.e
      Ya te dije que diste totalmente en el clavo, solo "fallaste" un poco en el color de pelo (el mío es más castaño claro que rubio) pero en los ojos acertaste de pleno. xD

      ¡Petonets!

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